Los acabados de un pavimento industrial hecho con hormigón se pueden dividir según la siguiente clasificación:

Hormigón en estado fresco.

Hormigón en estado endurecido.

 

Cuando el hormigón está todavía en estado fresco podemos terminar el trabajo mediante los siguientes procesos: fratasado, pulimentado a edad temprana, cepillado y estriado.

 

Cuando el hormigón se presenta en estado endurecido los tratamientos que podemos realizar son los siguientes: Vacío, chorro de arena, chorro de granalla y fresado.

 

Se diferenciarán en si se quieren conseguir acabados más o menos lisos. También depende de si queremos que el pavimento quede terminado o estamos buscando un tratamiento posterior.

 

El fratasado es el tratamiento más habitual en lo que a naves industriales se refiere. El efecto que produce compactando y alisando la superficie es debido  a la acción de las fratasadoras mecánicas, también llamados “helicópteros”. Estos constan de unas paletas metálicas que forman una especie de hélice. Tienen distintos grados de inclinación lo que varía el efecto sobre el pavimento del  hormigón. La fratasadora realiza tres acciones:

Hunde los áridos gruesos por lo que la capa superficial consiste en un mortero de cemento; si lleva la capa de rodadura adecuada formada por arena de sílice y cemento se adquirirá una gran dureza. También se puede pigmentar para alcanzar una mayor efecto decorativo.

Alisa la superficie eliminando defectos y pequeñas irregularidades. Por último compacta la superficie.